En las últimas décadas, muchas fiestas locales españolas han adquirido gran notoriedad, no solo dentro de su provincia sino en el ámbito nacional e incluso internacional.
Sanfermines

Los Sanfermines se celebran cada año del 6 al 14 de julio en Pamplona (Navarra). Aunque sus orígenes son anteriores, en el siglo XXI se han convertido en un fenómeno global gracias a su difusión mediática (libro de Hemingway, cobertura internacional). La imagen del encierro –personas corriendo delante de los toros por las calles hasta la plaza de toros– es reconocible en todo el mundo.
Además del encierro, se suceden conciertos, corridas, fuegos artificiales y multitud de actos culturales en toda la ciudad durante nueve intensos días.
Las Fallas
Las Fallas de Valencia tienen lugar entre el 15 y el 19 de marzo. Se construyen enormes esculturas —los “monumentos falleros”— que combinan crítica social, satírica o artística, y cada año muchas de ellas son quemadas en la famosa “cremà”.
En el siglo XXI, las Fallas han reforzado su atractivo turístico con actividades paralelas (exposiciones, visitas guiadas, concursos) y un calendario cada vez más extenso. Son declaradas de Interés Turístico Internacional.
Feria de Abril
La Feria de Abril en Sevilla es otro de esos eventos que, tras convertirse en espectáculo mediático moderno, atrae a miles de visitantes de fuera de Andalucía. Se celebra aproximadamente dos semanas después de la Semana Santa.
Se instalan casetas, se organizan veladas flamencas, paseos de carrozas y concursos de sevillanas. El ambiente de fiesta, color, gastronomía y música hace que la Feria sea un emblema festivo sevillano con gran repercusión nacional.
La Tomatina
La Tomatina se celebra el último miércoles de agosto en Buñol (Valencia). Su mecanismo es simple: una guerra de tomates en la plaza y calles adyacentes, donde los participantes se lanzan toneladas de tomates durante una hora.
En el siglo XXI, esta fiesta ha ganado fama internacional, regulando el aforo, cobrando entradas y generando una gran demanda turística. Se considera una de las fiestas más peculiares y visuales de España.
Aste Nagusia / Semana Grande
La Semana Grande de Bilbao, conocida también como Aste Nagusia, es una de las fiestas más reconocidas del norte de España. Celebrada tradicionalmente en agosto, dura alrededor de nueve días y arranca con el lanzamiento del cohete (“txupinazo”).
Durante Aste Nagusia hay conciertos, teatro de calle, casetas populares llamada “txosnas”, fuegos artificiales y la famosa figura de Marijaia, símbolo festivo que aparece por toda la ciudad.
Fiestas del Pilar
Las Fiestas del Pilar se celebran en Zaragoza en torno al 12 de octubre, en honor a la Virgen del Pilar. Combinan actos religiosos con celebraciones populares, música, ferias, gigantes, desfiles y la popular ofrenda floral.
La ofrenda de flores, donde miles de personas acuden vestidos con trajes tradicionales, es uno de los momentos más emotivos y representativos. En los últimos años, su impacto turístico ha crecido notablemente.
Otras fiestas emergentes en el siglo XXI
Aunque los anteriores ejemplos son los más emblemáticos, hay otras celebraciones que han adquirido relevancia en las últimas décadas:
- Holika Festival: festival musical de música electrónica y urbana iniciado en 2017 que ya se ha consolidado como cita veraniega multitudinaria en España.
- Moros y Cristianos: tradicional en muchas localidades de la Comunidad Valenciana, Almería y Murcia, que ha reforzado su carácter festivo, amplificando desfiles, recreaciones históricas y público visitante.
- Fiesta Mayor de La Bisbal del Ampurdán: aunque más local, es ejemplo de cómo las fiestas municipales pueden ganar visibilidad gracias a narrativa, turismo local e innovación en actividades.
Claves del éxito de estas fiestas en el siglo XXI

¿Por qué algunas fiestas locales se han convertido en fenómenos sociales y mediáticos en el siglo XXI? Aquí algunas claves:
- Difusión mediática y digital: cobertura en prensa, redes sociales, vídeos virales. Las imágenes espectaculares (encierros, fuego, música) ayudan a que circulen ampliamente.
- Turismo y economía local: acogida de visitantes de fuera, alojamientos, restauración y comercio se benefician del impacto.
- Desarrollo de programación paralela: conciertos, espectáculos, actividades culturales que acompañan la fiesta tradicional.
- Sostenibilidad y regulación: control de aforos, entrada, seguridad, respeto urbano, limpieza y normativas para convertirlas en eventos sostenibles.
- Adaptación al presente: nuevas versiones de la fiesta (elementos visuales, colaboraciones artísticas, fusiones culturales) que atraen públicos jóvenes e internacionales.
Estas fiestas no solo representan el arraigo cultural de los pueblos y ciudades españolas, sino también una capacidad de reinventarse y crecer en el contexto del siglo XXI.